Escrito por Doreen Valiente en An ABC of Witchcraft
Traducción de Jack Green
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Los "cuatro poderes de los magos" son los atributos que requiere tradicionalmente la magia para tener éxito. Estos son: Saber, Osar, Desear y Callar. Estos principios son a veces denominados en latín: noscere, audere, velle et tacere.
Una pequeña reflexión sobre esta enseñanza tradicional mágica demostrará el raciocinio que detrás se esconde. Ninguno solo de los poderes es suficiente; los cuatro poderes deben estar presentes, equilibrándose cada uno. El conocimiento simple no basta, sin la voluntad o el coraje para ponerlo en práctica. Del mismo modo que como la voluntad y la audacia no serían de una gran ayuda sin que hubiera un conocimiento para sostenerla. La audacia no llevará muy lejos sin la voluntad detrás de ella para conducirla hasta el final. Sin embargo todo será en vano, a menos que el mago tuviera la discreción de callarse y de guardar su opinión para él. Ningún hablador jamás alcanzará el poder mágico verdadero.
La gente que habla de sus proyectos e ideas a todo el mundo dispersan sus propias fuerzas. No debemos hablar en particular de preparaciones ocultas, porque entonces probablemente jamás den sus frutos.
Es la razón para la cual hoy, aunque las persecuciones de la Iglesia o del estado generalmente cesaron, todas las sociedades ocultas serias guardan sus enseñanzas y practicas secretas. Esto no es, como los escritores sensacionalistas suponen, a causa de cultos al diablo orgiásticos; es la tradición mística y mágica. La francmasonería misma también lo observa y se define como lo que es, no una sociedad secreta, sino una sociedad con secretos.
La tradición se remonta a los días antiguos de los Cultos Mistéricos, cuando una religión simple y exotérica fue enseñada al pueblo; mientras que una enseñanza esotérica debía ser encontrada únicamente por los que deseaban buscar más allá y los que tenian la capacidad de comprenderlo. El Maestro Jésus evidentemente seguía el mismo principio, cuando dice a sus discípulos de no echar sus perlas a los cerdos ya que entonces ellos podrian volverse contra ellos.
Existe una correspondencia entre los Cuatro Poderes del Mago y los Cuatro Elementos. Noscere, saber, corresponde al Aire. Audere, atreverse, corresponde al Agua. Velle, querer, corresponde fuego. Tacere, callarse, corresponde a la Tierra.
El aire es el elemento de Mercurio, el dueño del conocimiento. El agua aporta con ella la idea de lanzarse audazmente sobre las olas de mares inexplorados. El fuego nos recuerda la llama de la voluntad. La tierra traduce la fuerza silenciosa de los peñascos y de las montañas. Cuando estos cuatro poderes están totalmente reunidos, el quinto elemento surge: el espíritu; y su correspondencia es el quinto poder; el poder de la progresión a través del universo, el poder de la evolución.
Debido a que la esfinge es una representación de los Cuatro Elementos, estos poderes son a veces llamados también los Cuatro Poderes de la Esfinge.